NO SOY UN PÁJARO, SOY HUMANA

Estoy en lo más alto de la montaña, veo la grandeza del espacio, las cimas de las montañas que me rodean, el vacío que hay debajo de mis pies. Estoy en el precipicio. Me invade una sensación de inmensidad, de belleza, que hace que quiera dejarme, que quiera soltar. Una inmensidad que me invita a volar. Vuela, me digo, estás preparada.

Me acerco tranquila al borde del precipicio, preparo mi cuerpo para el vuelo. Mis brazos se extienden abiertos, mi rodilla derecha se dobla levantando mi pie del suelo, mi cuerpo se curva hacia adelante, oigo el sonido suave del viento, veo el vacío, todo está ahí para mí, solo hay que saltar y volar….

No lo hago, no vuelo. Estoy serena, no hay miedo, y sin embargo no lo hago. De repente aparece un pensamiento, que es más una revelación: no puedo volar porque no estoy hecha para volar. Yo no soy un pájaro…. yo soy humana.

Camino unos pasos hacia atrás y ante ese hermoso paraje, me conmuevo. Estar ahí arriba, en la cumbre, al borde del precipicio ya es un triunfo. Abro los brazos, me dejo llenar de la inmensidad de la naturaleza, de la grandeza de las montañas, de la serena soledad y del vacío que hay delante de mí.

En ese plácido silencio, me doy cuenta de que a mi derecha hay oscuridad, una especie de sombra que me despierta curiosidad y voy a ver. Camino por el borde esta vez oscuro, del precipicio. No hay nada, no hay inmensidad, no hay horizonte frente a mi, ni vacío a mis pies, tampoco está el sonido del viento que susurraba en mis oídos. Hay oscuridad.

Quiero volver a la inmensa quietud de las montañas y retrocedo sobre mis pies. Sin embargo no vuelvo al mismo lugar, hay ruido, mucho ruido de gente y me distraigo con sus sonidos. No quiero, quiero volver a la inmensidad, al vacío, al sonido del viento… no está. No la encuentro.

Cambio de estrategia y esta vez en la oscuridad, en lugar de caminar hacia adelante, camino hacia atrás a ver si así vuelvo a la inmensidad de la montaña. Camino hacia atrás, y de repente, de espaldas me topo con algo que no veo, y que sí toco.

Vuelvo a estar con la montaña, esta vez de otra manera. Está fría, es sólida y es grande, no consigo abarcarla. La empujo y no se mueve. Qué gusto me da que esté ahí quieta, sosteniéndome mientras la empujo, qué gusto me da saber que está aunque sea de forma diferente, y me abrazo a ella y ella a su manera me abraza, me acoge, sin nada que hacer.

Miro hacia arriba y esta vez consigo ver la cumbre, ahí está. La escalo porque soy humana y para eso sí estoy hecha, sí puedo hacerlo. Subo y de nuevo, ahí estoy, al borde del precipicio. Me siento en mis tobillos contemplando la inmensidad, alegre de volver a estar allí. Y de repente un sonido reclama mi atención. Es gente, de nuevo hay mucha gente, sin embargo esta vez es la tribu. Mi tribu. Voy al llamado de la tribu. Quiero sentir su vibración. La vibración de un canto que sé es sanador y canto, canto con otras, ese canto que sana. Me quedo allí, serena y sin miedo. Me doy cuenta de que en ese mismo lugar también hay algo más grande que me conmueve. Algo que está en mí, que está en las demás. Algo que es más grande que yo y que tú. Algo que también está en el valle. Y descanso.

19 Comentarios

  1. Soñar, caminar, errar, aprender, abrazar el miedo, confiar, buscar nuevas perspectivas, ampliar la mirada, apreciar el poder de lo pequeño, dejar que tu cuerpo hable, tranquilizar la mente, escucharte, sentirte, perdonarte, abrazarte, quererte, dejarte hacer, dejarte ser… y… descansar. Gracias por escribir tan bonito. 💜

  2. Qué acertado resumen Irati, gracias por hacerlo tan bello y sencillo 💜💜

  3. Grande Elda! Irati tampoco se queda corta. 👏

  4. Abandonar la exigencia de «tener que poder». Descansar en ser quien somos

    1. Sí Maye, y con eso, la serenidad de poder alcanzar aquello que queramos, o simplemente estar satisfechas con aquello que tenemos, somos, y alcanzamos… un cálido abrazo y gracias por tu comentario, Maye

  5. Caminando por la vida….Gracias por tus reflexiones y tu buen hacer. Feliz de compartir camino contigo y ser tribu.💜

  6. Aprendí a conectar conmigo misma, en mis viajes en solitario.
    Descansar en cualquier sitio, cerrar los ojos y abrir la mente.
    Pero oh!!! sorpresa, también lo sé hacer en mi vida cotidiana.
    Solo hace falta unos minutos en silencio para reencontrarme con mi interior.
    Preciosas palabras, yo no sé o no lo he intentado hacerlo también como tú.
    Un besote

    1. Qué bueno eso de poder hacerlo en lo cotidiano. Este es un viaje de movimiento auténtico y para mi requiere eso adentrarme en lo profundo y dejar que lo ahí está se revele. Me cuesta que ocurra en lo cotidiano … poco a poco 😊 un abrazo mi querida Lu 💜💜

  7. Gracias Mónica ! La verdad es que no 😄 a mí también me gusta ocho como escribe. Un abrazo

  8. Persona y sobre todo humana,sólo con girar 360º sobre nosotros mismos y ver la inmensidad de todo lo que nos rodea y sentirla y la paz interior se proyecta a los demás.Tús palabras me han hecho pensar sobre mi misma,gracias

    1. Hola Purificación, totalmente de acuerdo contigo, cuando encarnas esa paz interior se emana fuera y las demás personas la perciben y a veces también la adoptan. Me alegra que el texto te haya servido. Un abrazo y espero seguir viéndote por aquí.

  9. Caminando por la vida…agradecida de tenerte, de tus reflexiones y tu buen hacer. Mi tribu💜

    1. Caminando juntas en esta vida que vivimos cada una. Vida compartida, vida vivida. Gracias a ti y a tu apoyo incondicional. Mi tribu 💜💜

  10. Es hermoso como describes los avatares de la vida, confrontándolos con la naturaleza que al fin y al cabo es la madre de donde venimos y a donde vamos.

    1. Gracias Maika, sí, quería reflejar también esa parte espiritual que podemos llegar a tener todas las personas y qué mejor que la madre naturaleza para ello. Un cálido abrazo, amiga

  11. Siempre pensé que sabias volar …

    1. Siempre me viste con buenos ojos 😊Gracias !!
      Un cálido abrazo hermano 💜

  12. Volar con los pies tan cerca del suelo… Me encanta el viaje que no llego a comprender.. el verte viajar por tan altas cumbres.. ese caminar simbólico… ese no ser pájaro.. Ni ser menos ni más… Ese ser lo que eres con el alcance de un cuerpo que te existe… Que te hace sentirte, sensarte… me inquieta tu camino, porque lo siento siempre horizonte… Y me cuesta no saber adónde voy y sólo saber que caminar es camino… Te miro y te admiro. Y sobre todo me gusta saber que soy parte de esa tribu… que también soy abrazo y descanso. Un abrazo, querida compañera.

    1. Aquí me tienes compañero, emocionada con tus palabras… gracias por tu mirada que tanto dice de mí misma. Tu espejo me sitúa. No en el horizonte, sino al lado tuyo, un lado cálido que me abriga. Saberte me alegra el corazón. Saber que estamos juntos en el camino del ser, un ser auténtico en la medida que podemos…. aprendiendo juntos de nuestros avatares de vida. Y sí, tú también eres mi tribu, esa tribu a la que voy a la que abrazo y en la que descanso. Tribu que es mi agua, y mi aire. Afortunada de tenerte cerca, querido. Afortunada de tener tu compañía. Afortunada por tu abrazo que te devuelvo con corazón. 💜

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